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Espiritualidad

Dentro de uno mismo es donde Dios va inspirando y donde se van dando los cambios... De la relación afectiva con Dios va surgiendo la energía del corazón:

la acción del Espíritu Santo.

La Contemplación constituye un punto central de las vocaciones consagradas en la Institución, expresión de la aspiración a “lo que más nos conduzca para el fin que somos creados”, es decir, “alabar, hacer reverencia y servir a Dios” (cf. “Principio y Fundamento” de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio).

La oración como docilidad a la acción del Espíritu Santo constituye el generador de fecundidad y creatividad espiritual. De ese amor surgen las expresiones propias de nuestro carisma, en aspectos y formas novedosos que son, con la gracia de Dios, frutos visibles para bien de la Iglesia y de los hombres.

OTROS ASPECTOS DE NUESTRA FORMA DE VIDA

Ciencia y fe

Dentro de la capacitación intelectual estudiamos las insondables riquezas con que cuenta la Iglesia a lo largo de la historia. Asimismo, nos servimos de diversos aportes de la ciencia contemporánea, en especial de la psicología, particularmente de aquellos autores que, además de su amplio conocimiento y experiencia de la realidad psíquica, tienen una valoración de la natural vivencia religiosa, inherente a todo hombre.

Religión y arte

La dimensión artística está presente a través de las variadas realizaciones plásticas de los miembros y ocupa un lugar particular en nuestra forma de vida, pues este lenguaje ha configurado un modo significativo de expresión de contenidos religiosos.

​Cuidado y mantenimiento de nuestras casas

Cada consagrado se ocupa de determinados “oficios” en orden a la organización y mantenimiento de las casas, responsabilizándose material, económica y espiritualmente de esas tareas, por eso los llevamos a cabo con cuidado y devoción, conscientes de que en cada tarea que encaramos queremos trabajar por el crecimiento de todo el Cuerpo de Cristo.

Economía

Los consagrados de Dalmanutá buscan sostenerse económicamente de la misma tarea de Dirección Espiritual que realizan, a través de los aportes voluntarios que hacen sus interlocutores. 

En el plano institucional, los ingresos para el mantenimiento de los bienes comunes provienen de fuentes como los aportes de los consagrados y las donaciones de personas que desean colaborar con la Institución.

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